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lunes, 28 de noviembre de 2011

El cartílago de Tiburón



El tiburón, animal mítico para muchas culturas, es un pez de la familia de los escualos entre cuyas características destacables es que su columna vertebral está constituida por tejido cartilaginoso. Es precisamente de esta columna vertebral de donde se obtiene el cartílago de tiburón, prácticamente exento de grasas y rico en calcio, fósforo, proteínas y mucopolisacáridos, sustancias que forman parte de las articulaciones para asegurar su elasticidad y correcto funcionamiento.

Existen dos componentes principales en los ligamentos, los cartílagos y los tendones: el colágeno y los glucosaminoglicanos (mucopolisacáridos). El colágeno es una sustancia blanca y gelatinosa constituida a partir de largas cadenas proteicas y que tiene por misión la conexión de las estructuras celulares. En realidad actúa como una especie de “pegamento” que permite a los tendones y ligamentos unirse fuerte y directamente a los huesos. Por otro lado, los glucosaminoglicanos forman largas cadenas elásticas constituidas principalmente por monosacáridos y proporcionan la flexibilidad necesaria a las estructuras óseas para mantener el control del movimiento.

El cartílago de tiburón constituye el alimento más completo para las articulaciones. Es una excelente fuente de calcio, fósforo, colágeno y glucosaminogliucanos, nutrientes responsables de su función nutricional y protectora.

Posee una estructura particular que le hace diferente de otros cartílagos de vertebrados. Está constituido por agua (80%), que le confiere una apariencia esponjosa, células especializadas (condrocitos, condroblastos y condroclastos) y un matriz extracelular constituida por componentes fibrilares como el colágeno y otros no fibrilares como los proteoglicanos, sustancias formadas por la unión de glucosaminoglicanos (mucopolisacáridos) y proteínas. Estos proteoglicanos son los verdaderos responsables del mantenimiento de la correcta hidratación del cartílago y son esenciales para mantener la elasticidad y flexibilidad del tejido, reforzándolo contra el desgaste diario. El más relevante de los proteoglicanos es el condroitín sulfato. Su estructura molecular tiene la capacidad de retener gran cantidad de agua, característica que le confiere al cartílago la capacidad de amortiguar las compresiones a las que se ve sometido y recuperar posteriormente la conformación inicial.

En diversos estudios ha quedado además demostrado que el condroitín sulfato estabiliza los elementos fibrilares y celulares del tejido conectivo y al mismo tiempo lubrica y protege las membranas, aportando resistencia y elasticidad a las estructuras articulares. Algunas evidencias sugieren que parte de la actividad del condroitín sulfato se relaciona con los residuos de azufre que se encuentran en este compuesto, nutriente esencial para la estabilización de la matriz del tejido conectivo.

El cartílago de tiburón, es por tanto una eficaz alternativa para el cuidado diario de las articulaciones así como uno de los alimentos más recomendables en la práctica deportiva, donde los fuertes entrenamientos a menudo se relacionan con problemas y daño en el tejido articular.

Bibliografía (información profesional Tongil)

martes, 15 de noviembre de 2011

Prepararse para el invierno.


Si deseas activar tus defensas para este invierno y así evitar los molestos resfriados u otros problemas respiratorios, te recomendamos tener presente estos 5 puntos esenciales para potenciar tu sistema inmune. Recuerda que todos ellos trabajan en conjunto y que ninguno es más importante que el otro.
Desarróllalos y verás cómo se potencian por completo tus defensas.

5 puntos esenciales

1. Piensa positivo. No olvides que los pensamientos negativos tienen un poder devastador en nuestra salud, nos hacen mucho más vulnerables a todo tipo de enfermedad, incluso la parte más tradicional de la medicina moderna esta aceptando el peso del pensamiento en la mejoría o empeoramiento de las enfermedades.
2. Aliméntate saludablemente. Todos sabemos que una mala dieta te puede traer grandes complicaciones, mientras que una dieta rica y saludable puede potenciar enormemente tu calidad de vida. Consume frutas y verduras frescos de estación, además de ser lógicamente mas económicos, estarás aprovechando la sabiduría de la naturaleza que siempre nos entregan las vitaminas y minerales que mas necesitamos según el clima, como lo es la vitamina C de la naranja en invierno.

3. Haz ejercicios moderadamente de forma cotidiana. El ejercicio ayuda de manera general a tu bienestar general, activa el metabolismo basal, contribuye a la concentración y el equilibrio energéticos y fortalece tus músculos. Caminar, montar en bicicleta y nadar pueden ser buenas opciones. Lo ideal es que elijas una actividad que te agrade, te relaje y te llene de energía para el resto del día.

4. Respira. Ser conscientes de nuestra respiración no solo nos ayuda a oxigenar nuestras celular sino también a serenar nuestra mente. Respirar conscientemente es uno de los ejercicios más sencillos y fáciles de realizar. Solo debes recordar que la forma correcta de respirar es inflando el vientre y no subiendo los hombros. Cuando inhalas infla el vientre, de esta forma dejas más espacio a los pulmones para respirar, y al expirar trata de llegar con el ombligo a la espalda, aun te aseguras de vaciar completamente los pulmones.

5. Descansar, dormir y relajarse, son esenciales para que nuestro organismo se reponga. Es esencial pensar en la relajación como antónimo al estrés, principalmente porque el estrés es un debilitador de nuestro sistema inmune, cualquier iniciativa que puedas tomar para sobrellevar el estrés beneficiara tu salud. Cuando te encuentras relajado tu sistema inmune se hace mucho más poderoso.

Extraído de la revista "Estaciones al Natural"