EL COLESTEROL:
UNA CUESTION DE CONTROL Y EQUILIBRIO
Las grasas o lípidos son una parte esencial de nuestro organismo, fuente principal de combustible para los procesos metabólicos del cuerpo. Están presentes en casi todos los alimentos y difícilmente pueden ser suprimidas de forma radical de la dieta.
Constituyen un grupo químicamente diverso de compuestos (ácidos grasos, fosfolípidos, esteroles, etc...) cuya característica común y definitoria es su insolubilidad en agua. Las funciones fisiológicas de los lípidos son igualmente diversas.
En algunos casos constituyen un almacén energético, mientras que en otros son de gran importancia estructural para la formación de las membranas biológicas. Otros lípidos, aún estando presentes en cantidades relativamente pequeñas, juegan papeles cruciales como cofactores enzimáticos, transportadores de electrones, agentes emulsionantes, hormonales y mensajeros celulares.El colesterol es uno más de los lípidos presentes en el organismo; es un compuesto fundamental y necesario hasta el punto de que, si no lo consumimos a través de nuestra alimentación, nuestro hígado lo sintetiza a partir de otros elementos siempre abundantes como son los ácidos grasos. Por el contrario, cuando la cantidad de colesterol que aporta nuestra dieta es elevada, la síntesis que realiza el hígado se reduce automáticamente, e incluso se elimina parte de él a través de la bilis. De esta forma el cuerpo trata siempre de que exista un equilibrio entre lo que ingerimos y lo que él mismo es capaz de producir.
Y es que el objetivo del organismo es mantener una proporción equilibrada de grasas. Es importante destacar que, aunque su aporte es fundamental para mantener una salud óptima, ha de ser en una cantidad justa. A partir de diferentes estudios epidemiológicos se ha podido constatar que existe una relación entre ciertos patrones alimentarios ricos en grasas y el desarrollo más o menos acentuado de los trastornos cardiovasculares. Desde estas observaciones se ha podido ir desgranando:
- qué alimentos se encuentran ligados con mayor o menor fortuna en el desarrollo de estos procesos (grasas saturadas, sal, productos refinados, etc...)
- cuáles contribuyen al equilibrio lipídico (fitosteroles, levadura roja de arroz, fibra, alimentos ricos en vitaminas antioxidantes y flavonoides, etc...) y
- qué proceso fisiológico es el responsable de mantener unos niveles adecuados de grasa.
Teniendo en cuenta estos factores damos entrada en el control y equilibrio de las grasas a multitud de nutrientes que se configuran, en suma, como el verdadero artífice del binomio dieta-salud Cardiovascular
LEVADURA ROJA DE ARROZ
Este producto, resultante de la fermentación del arroz por una levadura conocida como Monascus purpureus, es un ingrediente habitual y de uso muy extendido en la alimentación diaria de numerosos países asiáticos como China y Japón, donde inicialmente se empleaba en la elaboración de vino tinto de arroz, como conservante de los alimentos y como pigmento colorante y potenciador del sabor. Actualmente, además de utilizarse con estos fines, es conocido también por sus beneficios sobre la salud cardiovascular, respaldados por el uso tradicional y por una información científica consistente y rigurosa.
A partir de los años 70, y como consecuencia del interés despertado por los beneficios derivados del consumo de esta levadura, se llevaron a cabo numerosas investigaciones con el objetivo de discernir cuáles eran los compuestos responsables de sus propiedades.
Surgieron entonces prestigiosas publicaciones que proponían a la levadura roja de arroz como un eficaz ingrediente para mantener en equilibrio las grasas en el organismo, evidenciando que determinados compuestos resultantes de la fermentación tenían un potencial efecto de apoyo sobre las funciones fisiológicas del organismo para mantener unos niveles adecuados de grasas, factor clave para una buena salud cardiovascular.
Estos compuestos conocidos como monacolinas K son de naturaleza terpénica y tienen la capacidad de bloquear a la 3-hidroxi- metil-glutaril Co A reductasa (HMGcoA), enzima hepática limitante en la producción endógena de grasas a partir del acetato.
Pero estos componentes responsables de los efectos fisiológicos se encuentran en cantidades pequeñas en la levadura roja del arroz, lo que hizo pensar que este producto contenía además otros nutrientes que apoyaban sus efectos. Esta idea fue confirmada por estudios que destacaban la presencia de ácidos grasos poli nsaturados, fitosteroles y fibra con demostrados efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular. Así mismo, fueron abundantes los estudios clínicos realizados que confirmaban su eficacia y seguridad, hechos ya demostrados por su ancestral uso alimentario.
FITOSTEROLES
Está suficientemente demostrado que con una Dieta sana que incluya Fitosteroles y otros Nutrientes específicos se obtiene una reducción del Colesterol LDL.
Los fitosteroles o esteroles vegetales (beta-sitosterol, campesterol, estigmasterol ...) están presentes de forma natural y en pequeñas cantidades en muchas frutas, verduras, nueces, semillas, cereales, legumbres, aceites vegetales y otros alimentos similares. Son componentes esenciales de las membranas celulares de sus plantas y su estructura es muy parecida a la del colesterol. Sin embargo, este último se trata de un esterol de origen animal.
Aunque los lípidos son indispensables para el buen funcionamiento del organismo, se debe controlar sus niveles en sangre, con el fin de minimizar el riesgo de padecer alteraciones cardiovasculares. El potencial efecto de estas sustancias de origen vegetal para contribuir al equilibrio lipídico del organismo es un hecho que se conoce desde hace más de 50 años, y que está avalado por los correspondientes estudios clínicos. Como resultado de estos estudios la FDA norteamericana ha autorizado el uso de una afirmación que relaciona el consumo de estos esteroles vegetales con la reducción del riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
El gran parecido estructural que tienen estas sustancias con su análogo de origen animal (colesterol) permite que, al incluirlas en la dieta, compitan durante el proceso de absorción en el tracto digestivo, reduciendo así la absorción intestinal de grasas y disminuyendo por tanto su nivel en sangre.
En una dieta normal, aunque sea variada y equilibrada, no se consume la cantidad suficiente de fitosteroles para producir los efectos beneficiosos que la literatura científica ha demostrado. Por ello, es recomendable complementar la dieta con fuentes naturales de fitosteroles reconocidas como seguras y bien toleradas como la soja, ya que, además de los abundantes estudios que las respaldan, durante muchos años se han consumido por sus virtudes para cuidar el organismo sin observar ningún efecto dañino para la salud.
POLICOSANOL
Esta mezcla natural de alcoholes alifáticos primarios, aislada y purificada de la cera de la caña de azúcar (Saccharum officinarum L.) ha demostrado en diversos estudios clínicos tener efectos niveladores del perfil lipídico del organismo, contribuyendo así a evitar un exceso de grasas perjudiciales.
Su componente más abundante es el 1-octacosanol, además de otros siete alcoholes primarios y ácidos grasos. El 1-octacosanol es un alcohol primario de 28 átomos de carbono capaz de apoyar las funciones fisiológicas de control y balance lipídico del organismo a través del bloqueo de la enzima hepática HMG-CoA reductasa.
El policosanol presenta un grado de tolerancia excelente como lo demuestra la ausencia de toxicidad observada, hecho que constituye una de las principales beneficios de complementar la dieta con este nutriente de notables ventajas en el cuidado de la salud cardiovascular.
FIBRA
La fibra dietética, o fracción no digestible de los alimentos vegetales, es uno de los constituyentes de nuestra dieta que más atención científica ha recibido en las dos últimas décadas. La divulga ción de sus efectos positivos en nutrición y salud ha atraído la atención de los consumidores y ha propiciado el desarrollo industrial de numerosos alimentos y suplementos dietéticos enriquecidos en fibra.
La fibra engloba a todas aquellas sustancias vegetales que nuestro aparato digestivo no puede digerir ni, por tanto, absorber. Son sustancias generalmente de tipo polisacarídico que carecen de valor calórico.
Las recomendaciones para una dieta cardiosaludable indican actualmente aumentar el consumo de frutas y cereales integrales, ya que se ha demostrado que, por lo general, estos alimentos contienen abundante fibra soluble y fermentable y consiguen mejores resultados respecto a productos refinados en el mantenimiento de un perfil lipídico adecuado. Este hecho se debe a su efecto modulador de la absorción de grasas y azúcares en el intestino:
•Por una parte, los polisacáridos solubles retienen parte de los ácidos biliares segregados por el hígado para la digestión de las grasas. Al disminuir la absorción de ácidos biliares del intestino, el hígado se ve obligado a retirar colesterol de la sangre para fabricar los ácidos biliares necesarios.
•Por otro lado, el aumento de la ingesta de fibra acelera el tránsito intestinal, reduciendo de modo variable la absorción de grasa.
•Los productos resultantes de la fermentación colónica de la fibra son también un factor limitante en la producción de lípidos.
ALPISTE Y ALCACHOFERA
Algunas especies vegetales alimentarias han sido consideradas desde hace tiempo como una eficaz ayuda popular para evitar un exceso de grasas perjudiciales en el organismo.
Tal es el caso del Alpiste (Phalaris canariensis) cuyas semillas, ricas en fibra, ácido salicílico y ácido oxálico han demostrado ser un complemento cardiosaludable en la dieta.
Por otra parte, además de antioxidantes, las hojas de la Alcachofa (Cynara scolymus) contienen flavonoides como la luteolina, postulados como aliados cardiovasculares en diversos estudios clínicos.
VITAMINA B3
Esta vitamina hidrosoluble que forma parte del complejo B es necesaria para muchos aspectos de la salud, el crecimiento y la reproducción. Es abundante en las proteínas animales, vegetales verdes, semillas, frutos secos y cereales. También es sintetizada en el organismo a partir del triptófano, de manera que algunos alimentos que no contienen niacina pero sí este aminoácido, pueden ser considerados como precursores de estavitamina.
Conocida también como ácido nicotínico o niacina es un tipo de vitamina B capaz de retardar la produción en el hígado de algunas de las sustancias que ayudan a producir el colesterol, contribuyendo de este modo a conseguir un adecuado nivel de grasas en el organismo.